Filosofando

Mi padre, Twitter y unos empresarios tozudos

Seguro que te estarás preguntando: Beita, ¿qué tiene que ver tu padre jubilado con Twitter?, ¿por qué dices que algunos empresarios son tozudos?. En realidad no tiene nada que ver y, a su vez, lo tiene todo. ¡Toma respuesta gallega!

 

Antes de continuar, te aviso que este post no es un tutorial de una aplicación nueva en el mercado; ni un checklist de tareas; ni una serie de infografías sobre marketing y comunicación.

 

Este post es una reflexión escrita desde la experiencia (vivida) con mi señor padre y sobre su adaptación a las nuevas tecnologías y a las redes sociales. Sí. Has leído bien: a las redes sociales 😉

 

Esa vivencia (muy dura en sus inicios) me lleva a la conclusión final del post: ¿por qué algunos empresarios siguen negando la evidencia?, ¿por qué son ciegos y sordos ante las nuevas perspectivas y posibilidades del mundo online?

 

Por unas razones u otras, no quieren ser partícipes de ello. Y lo que no entienden es que, cuando estén dispuestos a subirse al tren de la evolución tecnológica, muchos otros les llevarán años de ventaja.

 

Te pongo sobre aviso por si no te apetece seguir leyendo. No quiero decepcionarte y que llores amargamente porque has leído una historieta que no era lo que andabas buscando en San Google. Prefiero que te marques ahora mismo una espantada en toda regla.

 

Tan sólo es una historia de adaptación y superación. Esta es la historia de mi padre.

 

La historia de mi padre y el pajarito azul

 

Mi padre y el pajarito azul (Twitter para los amigos)

 

Antonio. Así se llama él. Una persona hecha a sí misma. Trabajador nato e incansable. Aunque supongo que ese papel lo tuvo que asumir por la regla del 33 por ser un niño de la postguerra.

 

Nació en 1943 y, como sabrás por las historias de tus propios padres o de tus abuelos, los años cuarenta y cincuenta fueron tiempos de hambre. Mucha hambre.

Si no provenías de una buena familia con recursos, el destino que te esperaba era estudiar una educación bastante básica y comenzar a trabajar. Eso en el mejor de los casos.

 

No es pasión de hija (aunque podrías pensarlo), pero mi padre es una persona extraordinariamente inteligente. Un curioso empedernido. Un eterno aprendiz. Pero tuvo la desgracia de nacer en una época que no le correspondía.

A veces pienso que, si hubiese venido al mundo varias décadas después, ahora mismo estaría hablando de un catedrático o un doctor en cualquier disciplina.

 

Pero le tocó nacer en los peores años de una España destruida por la guerra y avocada a rehacerse desde la más pura ruina con las manos de los que quedaron (y de los que vinieron poco después)

 

Mi padre, mis padres (no quiero olvidarme de mi preciosa madre, Tere) han tenido la valentía y el coraje, en definitiva, los santos cojones de sacar adelante a sus tres hijos y darles un futuro que ellos no pudieron disfrutar. Valientes ellos. Abnegados hasta la extenuación. Héroes.

 

Y, de repente, Twitter…

 

Y, de repente, aparece la nueva tecnología

Con el paso de los años y ya disfrutando de una merecida jubilación, mi padre recibió un jarro de agua fría. Y es que uno de sus hijos se marchaba a vivir al extranjero. No se iba arrojado por la falta de trabajo ni por la crisis, sino por voluntad propia (que es, si cabe, más difícil de asimilar por un padre)

 

El mayor inconveniente es que el destino no estaba a tiro de piedra. Mi hermano se marchaba a Estados Unidos, a 7.000 kilómetros de distancia y con un océano de por medio. No iba solo. Pero eso daba igual. No había consuelo. El hecho es que se marchaba. Corría el verano de 2013.

 

Y es aquí, por razones más que obvias, donde comienzan las peripecias de mi padre con las nuevas tecnologías.

 

El primer paso fue explicarle el funcionamiento de ese aparatejo del demonio llamado smartphone. Imagínate que, hace treinta años, alguien hubiese tirado a la basura tu máquina de escribir Olivetti  y te hubiese dado un teléfono inteligente 😯

 

Mi padre jamás ha reconocido el porqué de sus reticencias y su tristeza, aunque tengo claro que le invadía un sentimiento de impotencia y vergüenza por no entender ciertas cosas.

 

Tras ese duro período de adaptación, lo demás vino solo. Pasó de manejar única y exclusivamente Whatsapp y Skype (que ya es un auténtico logro), a navegar por Internet para leer las últimas noticias y buscar vídeos de animales en Youtube (una de sus grandes pasiones)

De ahí pasó a contratar fibra óptica en casa y a comprar una tablet para disfrutar al máximo su nueva etapa tecnológica.

 

¿Y Twitter, Beita?

Estarás pensando, ¿y Twitter, Beita?. El pajarito hizo su aparición estelar las navidades de 2014, cuando Google decidió cerrar su servicio de Google News en España el 16 de Diciembre.

 

La aplicación a través de la cuál mi padre leía las noticias se nutría de este servicio, así que no tardó mucho tiempo en darse cuenta del apagón informativo.

 

Con un lenguaje que él pudiese entender (te recuerdo que mi padre es un jovenzuelo jubilado de 71 añetes), le expliqué en qué consistía Twitter y las posibilidades que le podía ofrecer. Y juntos decidimos crear un perfil en esta red social, comenzando a seguir a los principales medios de comunicación para que pudiese leer las noticias.

Ya tenía un nuevo juguete: él lo llama el pajarito azul.

Admiración y respeto, eso es lo que siento por mi padre. Y mucho orgullo. Estoy muy orgullosa de que haya sido capaz de adaptarse a las nuevas circunstancias que le sobrevinieron de golpe, con tesón y fuerza de voluntad. Dejando atrás esa vergüenza que se apoderó de él en un primer momento. Y ternura… siento una desbordante ternura por verle así de feliz.

 

Las tozudas ideas de algunos… ¡ains!

 

Los empresarios tozudos y sus tozudas ideas

 

Seguro que no te suena nada extraño si te digo que hay empresarios que quieren abofetearte cuando les hablas de Internet y las nuevas tecnologías.

Te miran como si blasfemases y nombrases al mismísimo Señor Oscuro.

 

Empresarios cabezotas que se niegan a entender y participar de todo un mundo lleno de posibilidades. Ni siquiera son capaces de escuchar por miedo a sucumbir al lado oscuro de Sauron.

 

Hay contestaciones de todo tipo: Sí, hacemos campañas online porque tenemos página web; Facebook me lo hace mi sobrino, que entiende de estas cosas y está todo el día metido en Internet; ¡¿Qué dices?! A mí no me hace falta eso; Mis clientes no usan Internet para comprar; Mi anuncio no ha salido: esto es un engaño; Hija, eso es para los jóvenes; Yo sólo quiero conseguir seguidores…

 

Dándole unas cuantas vueltas al tema he llegado a las siguientes conclusiones. A ver qué te parece a ti:

 

¡Te vas a pirar con mi pasta!

 

1# El síndrome de «me la vas a pegar a la primera de cambio»

 

La desconfianza en estos nuevos recursos es uno de los principales escollos que tenemos que salvar las personas que nos dedicamos al marketing. Bien por desconocimiento, o bien porque confunden la verdadera naturaleza de nuestro trabajo.

 

Sí, tu sobrino puede crearte una página de empresa en Facebook pero:

  • ¿Sabe gestionar los comentarios?
  • ¿Maneja e interpreta las estadísticas de cada red social?
  • ¿Conoce las últimas tendencias?
  • ¿Aplica correctamente las normas de publicación?
  • ¿Utiliza herramientas de monitorización?
  • ¿Conoce a los influencers de tu sector y contacta con ellos?
  • ¿Genera contenido relevante para tus clientes?
  • ¿Es capaz de crear una comunidad en torno a tu empresa?
  • ¿Potencia la imagen de marca?,
  • ¿Genera engagement o sólo comunica de manera unidireccional?…

 

La defensa como ataque

 

2# La técnica de «la mejor defensa es un buen ataque»

 

El desconocimiento del mundo online en general (ya no hablo de técnicas de marketing en particular) hace que algunos empresarios pasen al ataque como la mejor arma de defensa.

 

Así que te puedes encontrar respuestas del tipo: Facebook es un mamoneo o ¡¿A eso lo llamas trabajo?. Si estás todo el día metido en Internet!

 

Es como si yo doy por supuesto que, por ser camarero, estás todo el día empinando el codo. O que, por trabajar de comercial en la calle, pasas las mañanas de compritas en Zara.

 

¿Y cuál es nuestra mejor defensa? Mostrar con argumentos sólidos y con hechos lo que ha conseguido su competencia. Nada de grandes marcas y espectaculares presupuestos, sino el que le quita los clientes. Y con cifras, que los números entran muy bien por los ojos y parece que escuecen más.

 

¡Cuidadín con la soberbia!

 

3# La soberbia ¡Apaga y vámonos!

 

¿Tienes algunos de estos síntomas?:

  • ¿Crees estar en una posición de superioridad con respecto a tu competencia?
  • ¿Crees conocer mejor que nadie a tu cliente y te empeñas en hacer las mismas cosas que hace veinte años?
  • ¿Piensas que no te hace falta innovar para mantener tu negocio?

 

Si has respondido positivamente a uno de los tres síntomas anteriores, siento decirte que estás pecando de una gran soberbia. Y, eso, es malo para tu negocio.

 

No es cuestión de estar en un continuo sinvivir pero debes tener claro que, la posición de la que disfrutas hoy, la puede ocupar otro mañana con pequeños cambios en sus técnicas empresariales.

 

Las personas son fieles… hasta que dejan de serlo. Y si tu competencia se apunta a lo online y le va bien, será porque a los clientes les gusta lo que hace.

 

No te resistas a lo evidente. No te encasilles ni lleves por bandera la frase «más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer». Rebaja esos aires de grandeza.

 

 

Conclusión

 

La idea que te quiero transmitir es que, si mi padre ha encontrado una razón para adaptarse a toda esta vorágine online, ¿por qué no pueden hacerlo los demás?

 

Mi padre ya está jubilado: tiene la vida hecha, su casa pagada y vive por y para sus hobbies. Y, aún así, ha querido seguir experimentando ese gusanillo de aprender cosas nuevas. Sólo por motivaciones y beneficios personales.

 

¿Por qué entonces, los que sí tienen otras motivaciones como las económicas, se enfrascan en vivir en la época de los ochenta?

 

Hay mucho miedo a lo desconocido, pero ese miedo sólo se supera abriendo las puertas y escuchando todo lo que ocurre fuera. No hay nada paranormal ni digno de un Expediente X. Tan sólo es la evolución.

 

¿Has visto como al final sí tenían relación mi padre y Twitter? Por cierto, ahora es mi madre la que está aprendiendo poco a poco a manejarse en este mundo ¡Estoy creando a dos maravillosos y aplicados monstruitos!

 

 

Cuéntame, anda: ¿has vivido algo parecido con tus padres o algún familiar?, ¿qué contestaciones te han llegado a dar algunos clientes cuando nombrabas a Internet, el Señor Oscuro? ¡No dudes en cotillear conmigo!

 

Imagen de cabecera: Picjumbo.com 

Imágenes de viñetas: Freepik.com

 

Autor

Bea Peña

Soy periodista de vocación, marketera por una carambola del destino y madre de esta criatura llamada Maycom Tales. Curiosa empedernida, me gusta irme a la cama con una nueva lección aprendida.
Mi sueño es sentarme en un escalón cualquiera de Nueva Orleans y escuchar los acordes de una armónica y una guitarra tocando el blues más puro.

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12 comentarios

  • Hola Bea!

    La verdad es que hacia tiempo que tenía ganas de leer la historia de tus padres y los tozudos.
    Poco a poco voy poniéndome al día, aunque bueno, los problemas técnicos me tienen algo loca.

    Que bueno lo de tu padre. Al final todo es el espíritu. Mi madre tiene facebook y twitter para poner el me gusta correspondiente a todo lo que hacen sus hijos. No entiende lo q son los seguidores o no, pero es de los «me gusta» que más rápido me llegan.

    Los empresarios… Yo estoy convencida que es miedo. Miedo a quedarse obsoletos, a sentir que el mundo ya no gira sobre las mismas premisas, a que ya no controlan…

    Al lado de mi casa hay una sidrería a la que voy habitualmente con mis amigas. Hace tiempo, no sé muy bien cómo, consiguió una reseña en una web. Siempre está comentando la cantidad de clientes que llegan gracias a ese artículo.

    ¿Dejó ella de hacer su trabajo como siempre? No. Simplemente, sumó una herramienta más.

    Un saludo fuerte

    Cova

    • Hola Cova!
      ¿Qué te ha pasado? Ains, a veces la tecnología es puñetera compi.

      ¡Qué grande tu madre con Facebook, jejeje! Son unos cracks nuestros papis!
      Mi padre tiene Twitter sólo para ver las noticias. Como siempre le ha gustado tanto leer y estar al día de todo lo que se cocía por el mundo, es una vía de información genial para él. No tuitea ni nada. Sólo sigue a los medios de comunicación y a los periodistas que le gustan y está súper feliz con su «pajarito».

      Y, efectivamente, lo de los empresarios es un miedo atroz. Hay que tener en cuenta que los cambios tecnológicos que se producían antes no eran tan rápidos y cualquiera podía adaptarse a ellos a su ritmo. Pero lo de ahora es brutal y de un año para otro te quedas literalmente desfasado. ¿Qué significaba hace 15 años Internet? Pues el correo electrónico y poco más y mira dónde ha llegado… El caso que me cuentas es un ejemplo buenísimo porque el dueño ha podido comprobar por sí mismo las ventajas de este mundo.
      Poco a poco tendrán que adaptarse si no quieren quedarse en el baúl de los recuerdos.

      Muchas gracias por pasarte de nuevo, Cova. Y ánimo con esos problemillas técnicos!
      Un abrazote! 😉

  • Hola Bea!
    Soy una persona que a parte de escribir me encanta leer!!..Libros, artículos de todo tipo, revistas, periódicos, todo…Y sinceramente, eres genial escribiendo. Le das cabida al toque personal y al sentido del humor lo cuál es fantástico.
    En cuanto al articulo, muy interesante y cuanta razón tienes. Felicidades a ti y a tus padres por saber renovarse cuando el tiempo lo requiere. A mi padre, jubilado con ochenta y dos años bien amueblados tampoco he insistido mucho en machacarlo y mi madre con setenta si he conseguido a comunicar con whatsapp.
    Muy curioso lo que comentas del pajarito a no realizar el viaje en tren. Para que veamos!…Esas son las buenas cosas de la nueva era y por lo demás estoy totalmente de acuerdo que hay personas que no quieren oír ni hablar de tecnología. Y eso que aquí aún llevamos retraso en la utilización de internet por la desconfianza que todavía genera.

    Saludossss

    • ¡Hola Fidel!
      ¡Qué bien que te haya gustado el artículo! En todo lo que escribo intento darle un toque personal. Así el lector se siente más identificado y le puede resultar más fácil leerlo. Además de que es más fácil escribirlo.
      La verdad es que nuestros padres se adaptan mucho mejor que nosotros mismos a los cambios. Y los míos han querido aprovechar esta oportunidad que les dan las nuevas tecnologías para estar más conectados con nosotros. Lo importante es que le encuentren utilidad y les sirva para el día a día. A mí me alegra que así lo hayan decidido porque les mantiene con la mente más activa por esa curiosidad con la que aprenden.
      A ver si tu padre se anima un poquito más. En cuanto lo descubra no va a poder estar sin whatsapp, jeje.

      Muchas gracias por pasarte de nuevo por aquí. Es un placer!!
      Un saludete!!!

  • Hola Bea, que buen post. Hoy en día sabemos que hay una generación de gente con estudios y preparada desperdiciada, pero y en los años que comentas, ¿cuanto talento no se desperdició en aquellos años y que atascadita se quedó España precisamente por las mentes cabezonas y soberbias que dirigían, en fin, agua pasada no mueve molinos.
    Pero dos cosas son indiscutibles en este post… que por un hij@ uno mueve cielo y tierra y que ahora cuando le preguntes a tu padre…. ya sabes lo que te va a contestar :
    «¡ Me lo ha dicho un pajarito!»
    XDDDD
    Fenómenos que son, a cuidarlos y mimarlos mucho, que el mio esta pachuchete y me tiene en un sinvivir.
    Un besote.

    • ¡Hola Marisol!
      ¡Qué bueno que te hayas pasado por aquí a comentar! Me ha hecho mucha ilusión!!
      Pues sí. Es una pena que haya tanto talento desperdiciado por esta puñetera crisis. Y también es una pena que la generación de nuestros padres tuviera que pagar las consecuencias de un sinsentido.
      Pero lo importante es encontrar siempre una razón para seguir adelante y para aprender, que para mí es una de las cosas más bonitas que hay. Seas de la rama que seas (letras, ciencias…) y tengas la edad que tengas.
      Y sí, ahora muchas veces mi padre me dice cosas de ese tipo. No sé si recuerdas una falsa alarma que hubo en Madrid por un paquete sospechoso en Nuevos Ministerios (justo después de los atentados en Francia) Pues dio la casualidad que mi otra hermana estaba en casa de mis padres y quería ir a Madrid a hacer unas gestiones. Pensaba ir en Renfe pero….¡el pajarito le chivó que el servicio de trenes estaba cortado y avisó a mi hermana de lo que pasaba!. Está hecho un auténtico crack!!

      Mil gracias por tu comentario Marisol, de verdad.
      Cuida a tu papi y dale muchos achuchones. No te preocupes. Seguro que todo sale bien y se queda en un susto.

      Un besazo grande!!!

  • Me ha encantado el post. Realmente una historia de superación y de cómo las redes sociales pueden ser útiles para todos. Ojalá muchos sigan el ejemplo de tu padre y se vuelvan más abiertos para con las nuevas tecnologías. Al fin y al cabo, es la adaptabilidad al cambio lo que nos permite avanzar.

    • ¡Hola Itziar!
      ¡Muchas gracias por tu comentario! Me alegra mucho que te haya gustado el post. Lo he escrito con muchísimo cariño e intentando plasmar la idea de que si se quiere, se puede.
      Como bien dices, la adaptabilidad al cambio es lo que hace que avancemos. Cada uno a su ritmo, pero sin pausa.
      Me da la sensación que esos empresarios tozudos creen que esto es sólo una moda pasajera. Y la verdad es que es una auténtica revolución que trae consigo grandes beneficios para todos (no sólo económicos, sino sobre todo a nivel personal)

      Gracias por pasarte por aquí y dejar tu opinión.

      ¡Un saludete y que tengas un feliz miércoles!

  • Un estupendo articulo Bea, un historia de adaptación y superación, con un buen repaso a todo el mercado actual de tozudos. Sin embargo mientras no toquemos donde duele, lo económico, no pasaremos a ese nuevo canal.

    Un saludo.

    • ¡Hola JF!
      ¡Qué contenta de tenerte otra vez por aquí! Pues sí. Tienes toda la razón. Mientras no se toque el bolsillo habrá personas que sigan viviendo de manera atemporal. Y después se quejarán de que las cosas no les funcionan, pero tienen que recuperar todo el tiempo que han perdido y eso no se consigue de la noche a la mañana.
      En fin, sólo he querido llegar a esta reflexión a través de una historia tan cercana como la de mi padre que, para mí, es un ejemplo a seguir (en todos los aspectos) Ahora toca enseñar a mi madre, que es muy muy aplicada, jeje.

      Me alegra mucho que te haya gustado en artículo!!

      Un abrazo y millones de gracias por pasarte por aquí y comentar!!

  • Muy buenas Bea!!

    Me estreno en tu blog y así aprovecho para que veas que no escribe el becario 😛

    La historia de tu padre me ha recordado un montón a mi abuela. Acaba de cumplir 89 y es otra persona que nació antes de su época. Hace un par de años se subió a un globo aerostático, cada vez que ve a alguien tirándose en paracaídas dice que le gustaría hacerlo, ha conducido hasta hace nada, etc. Y respecto a las tecnologías, navega con su ordenador por internet y me acaba de decir que a ver si le miro un teléfono de esos que se pasan las fotos con el dedo que el suyo es una patata 😮 Casi nada, ¿eh?

    Así que cada vez que veo o escucho a según qué empresarios decir cosas muy parecidas a las que has puesto, pienso en la cantidad de personas como tu padre o mi abuela que si hubieran nacido en otra época o las circunstancias les hubiesen dejado, habrían hecho cosas impresionantes.

    Un abrazo!!!

    • ¡Hola Nacho!
      ¡Me acabas de dejar con la boca abierta con la historia de tu abuela! Es impresionante cómo nuestros mayores son capaces de adaptarse a las circunstancias mucho mejor que nosotros. Mi padre al principio nos quería tirar el móvil (literalmente) a la cabeza, pero ahora no se separa de él y cuida su tablet como si fuese un tesoro. Muchas veces bromeo con él y le digo: cuando mi hermano vuelva de Estados Unidos ya no te va a hacer falta Internet, así que llamamos y cancelamos el contrato. Su respuesta es un rotundo ¡NOOOO!

      ¿Qué habrían hecho tu abuela o mi padre si fuesen de nuestra generación? Yo creo que serían auténticos genios todoterreno. Me ha encantado la historia de tu abuela, Nacho ¡Es una verdadera crack! No la hagas esperar y cómprale ese móvil, jeje!!

      Un abrazo muy grande y mil gracias por dejar tu comentario!!!